La comprensión lectora es la capacidad de entender lo que se lee, tanto el significado de las palabras como el sentido global del texto. Es una habilidad fundamental para el aprendizaje, ya que te permite acceder a la información, ampliar tu vocabulario, desarrollar tu pensamiento crítico y disfrutar de la lectura.
Sin embargo, muchas veces nos encontramos con textos que nos resultan difíciles de comprender, ya sea por su complejidad, su extensión, su temática o su estilo. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra comprensión lectora y superar estos obstáculos? Aquí te damos algunos consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día. Para ello lo hemos dividido en 3 fases: antes, durante y después de leer; llevando a cabo estos consejos podrás mejorar poco a poco:
1.Antes de leer
- Elige un texto adecuado a tu nivel y a tu interés.
- No todos los textos tienen la misma dificultad ni el mismo propósito. Si quieres mejorar tu comprensión lectora, es importante que elijas textos que se ajusten a tu nivel de conocimientos previos, a tu capacidad lingüística y a tus objetivos de lectura. Además, es más fácil comprender un texto que te resulta interesante o divertido que uno que te aburre o te desmotiva.
- Activa tus conocimientos previos.
- Antes de leer un texto, piensa en lo que ya sabes sobre el tema, el autor, el género o el contexto. Esto te ayudará a anticipar lo que vas a leer y a relacionarlo con lo que ya conoces. También puedes hacer algunas preguntas o hipótesis sobre el texto, como por ejemplo: ¿De qué trata? ¿Qué opinión tendrá el autor? ¿Qué tipo de texto es? ¿Qué vocabulario espero encontrar?
- Revisa el título, las imágenes, los subtítulos y otros elementos paratextuales, que son los elementos visuales que rodean al texto.
- Estos elementos te dan pistas sobre el contenido y la estructura del texto, así como sobre su intención comunicativa. Por ejemplo, el título resume el tema principal, las imágenes ilustran o complementan la información, los subtítulos organizan las ideas y los gráficos o tablas muestran datos relevantes.
2. Durante la lectura
- Lee con atención y concentración.
- Evita distracciones externas o internas que puedan interferir en tu comprensión. Busca un lugar tranquilo y cómodo para leer, apaga el móvil o la televisión, y dedica el tiempo necesario para entender lo que lees. No te saltes palabras o párrafos que no entiendas, ni leas demasiado rápido o demasiado lento.
- Adapta tu velocidad y tu estrategia de lectura al tipo de texto y al objetivo que persigues.
- No todos los textos requieren la misma forma de leer. Por ejemplo, si quieres leer una novela por placer, puedes leer de forma más global y fluida, sin detenerte en los detalles. Pero si quieres leer un manual de instrucciones o un artículo científico, debes leer de forma más analítica y profunda, prestando atención a los conceptos clave y a las relaciones entre ellos.
- Identifica la idea principal y las ideas secundarias de cada párrafo.
- La idea principal es la que resume el contenido o el mensaje del párrafo, mientras que las ideas secundarias son las que lo desarrollan o lo apoyan. Para identificar la idea principal, puedes fijarte en la primera o la última frase del párrafo, o en la palabra o frase más repetida o destacada. Para identificar las ideas secundarias, puedes buscar conectores, ejemplos, datos o argumentos que se relacionen con la idea principal.
- Subraya o anota las palabras o expresiones que no entiendas.
- No dejes pasar las palabras desconocidas sin intentar averiguar su significado. Puedes usar el contexto, los prefijos o sufijos, los sinónimos o antónimos, o un diccionario para deducir o consultar su definición. También puedes anotar las palabras nuevas en un cuaderno o en una ficha, junto con su significado y un ejemplo, para ampliar tu vocabulario.
- Relaciona las partes del texto entre sí y con tus conocimientos previos.
- Un texto no es una suma de frases o párrafos aislados, sino que tiene una coherencia y una cohesión interna. Para comprenderlo mejor, debes establecer las conexiones lógicas y temporales entre las diferentes partes del texto, usando los conectores, los pronombres, los tiempos verbales y otros recursos lingüísticos. Además, debes relacionar el texto con lo que ya sabes sobre el tema, el autor, el género o el contexto, para integrarlo en tu marco de referencia.
3. Después de leer
- Resume el texto con tus propias palabras.
- Una forma de comprobar si has comprendido el texto es hacer un resumen que recoja las ideas principales y las más importantes de cada parte. El resumen debe ser breve, claro y coherente, y debe expresar tu propia forma de entender el texto. No copies frases del texto original, sino que reformúlalas con tus palabras.
- Reflexiona sobre el texto y sobre tu proceso de lectura.
- Una vez que hayas leído y resumido el texto, puedes hacer una valoración crítica del mismo, teniendo en cuenta aspectos como: ¿Qué me ha parecido el texto? ¿Qué he aprendido? ¿Qué opinión tengo sobre el tema? ¿Qué me ha gustado o disgustado? ¿Qué dificultades he tenido para comprenderlo? ¿Qué estrategias he usado para superarlas? ¿Qué puedo hacer para mejorar mi comprensión lectora?
- Amplía tu conocimiento sobre el tema o el autor.
- Si el texto te ha resultado interesante o te ha despertado la curiosidad, puedes buscar más información sobre el tema o el autor en otras fuentes, como libros, revistas, internet o personas expertas. Así podrás contrastar diferentes puntos de vista, profundizar en los aspectos que más te llamen la atención y enriquecer tu cultura general.
Como ves, mejorar tu comprensión lectora no es una tarea imposible ni aburrida, sino que depende de tu actitud, tu interés y tu esfuerzo. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar más de la lectura y aprovechar mejor sus beneficios. Recuerda que la comprensión lectora es una habilidad que se puede entrenar y mejorar con la práctica. ¡Anímate a leer más y mejor!