¿Alguna vez te ha pasado que estudias mucho para un examen, pero al día siguiente ya no recuerdas nada? ¿O que repasas una y otra vez un tema, pero se te olvida en cuanto cierras el libro? Si es así, no te preocupes, no eres el único. Esto se debe a un fenómeno llamado la curva del olvido, que describe cómo nuestra memoria se deteriora con el tiempo si no la reforzamos.
La curva del olvido fue descubierta por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus a finales del siglo XIX. Él realizó una serie de experimentos con sílabas sin sentido, como «ZOF» o «BOK», y midió cuánto tiempo le tomaba recordarlas después de haberlas aprendido. Lo que encontró fue que la cantidad de información que retenía disminuía rápidamente con el paso de las horas y los días, siguiendo una curva exponencial.
Según sus cálculos, si aprendemos algo nuevo y no lo repasamos, al cabo de una hora habremos olvidado el 56% de lo aprendido, al cabo de un día el 66%, y al cabo de una semana el 80%. Esto significa que si estudiamos para un examen la noche anterior, al día siguiente solo recordaremos una quinta parte de lo estudiado. Y si no volvemos a repasar el tema, al cabo de un mes habremos olvidado casi todo.
¿Cómo podemos evitar este efecto negativo del olvido? La respuesta es simple: repasando. Pero no se trata de repasar de cualquier manera, sino siguiendo unos principios que nos ayuden a optimizar nuestra memoria. Estos son algunos consejos que puedes seguir para mejorar tu retención de lo que estudias:
- Repasa lo más pronto posible después de aprender algo nuevo. Esto te ayudará a consolidar la información en tu memoria a largo plazo y a evitar que se pierda por el olvido. Por ejemplo, si acabas de leer un capítulo de un libro, intenta resumirlo con tus propias palabras o hacer un esquema con las ideas principales.
- Repasa con frecuencia, pero espaciando los intervalos de repaso. No sirve de mucho repasar varias veces seguidas el mismo día, ya que estarás desperdiciando tiempo y energía. Lo mejor es repasar cada vez con más tiempo entre cada sesión, siguiendo la curva del olvido inversa. Por ejemplo, puedes repasar al día siguiente, luego a la semana, luego al mes, y así sucesivamente.
- Repasa de forma activa, no pasiva. No basta con leer o escuchar la información, sino que hay que procesarla y relacionarla con lo que ya sabemos. Para ello, puedes usar técnicas como hacer preguntas, resolver ejercicios, hacer mapas conceptuales, explicar el tema a otra persona, etc.
- Repasa de forma variada, no monótona. No te limites a usar un solo método o material de estudio, sino que combina diferentes fuentes y formatos. Por ejemplo, puedes leer un texto, ver un vídeo, escuchar un podcast, hacer un juego, etc. Así mantendrás tu interés y tu atención, y estimularás diferentes áreas de tu cerebro.
- Repasa con motivación y confianza. El estado emocional influye mucho en la memoria. Si estudias con ganas y con una actitud positiva, tendrás más probabilidades de recordar lo que aprendes. Por el contrario, si estudias con aburrimiento o con miedo al fracaso, estarás bloqueando tu capacidad de aprendizaje. Por eso, es importante que te fijes metas realistas y que te premies por tus logros.
Siguiendo estos consejos podrás aprovechar mejor tu tiempo de estudio y evitar el efecto negativo de la curva del olvido. Recuerda que la memoria es como un músculo: cuanto más la ejercitas, más fuerte se vuelve. Así que no te desanimes y sigue repasando lo que aprendes. ¡Verás cómo tu rendimiento académico mejora!