¿Te ha pasado alguna vez que te cuesta mucho entender o memorizar un concepto o una teoría? ¿Te frustras cuando estudias mucho y luego se te olvida lo que has aprendido? ¿Te gustaría saber cómo puedes estudiar mejor y más eficazmente?
Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, este artículo es para ti. Te voy a hablar de la técnica de estudio de Feynman, un método que te ayudará a aprender cualquier cosa de forma sencilla y profunda.
La técnica de estudio de Feynman lleva el nombre de su creador, Richard Feynman, un famoso físico estadounidense que ganó el Premio Nobel de Física en 1965 por sus contribuciones a la física cuántica. Feynman era conocido por su capacidad para explicar temas complejos con un lenguaje simple y comprensible para todos.
Feynman se dio cuenta de que la mejor forma de aprender algo era ser capaz de explicarlo a otra persona con palabras sencillas, como si se lo enseñaras a un niño. De esta forma, no solo memorizas la información, sino que la entiendes y la asimilas.
La técnica de estudio de Feynman se basa en este principio: si quieres aprender algo, explícalo con tus propias palabras y con ejemplos concretos. Así podrás comprobar si realmente lo has entendido o si tienes alguna duda o laguna.
La técnica de estudio de Feynman consta de cuatro pasos muy sencillos que puedes aplicar a cualquier tema o materia que quieras aprender. Te los voy a explicar a continuación:
Paso 1: Elige el tema o concepto que quieres aprender
El primer paso es elegir el tema o concepto que quieres aprender y escribirlo en una hoja de papel o en un documento digital. Por ejemplo, si quieres aprender sobre la fotosíntesis, escribe «fotosíntesis» en el título.
Es importante que elijas un tema o concepto concreto y no muy amplio, para poder centrarte en lo esencial y no dispersarte con información irrelevante o confusa.
Paso 2: Escribe lo que sabes sobre el tema o concepto
El segundo paso es escribir lo que sabes sobre el tema o concepto que has elegido, usando tus propias palabras y sin consultar ninguna fuente externa. Intenta explicar el tema o concepto como si se lo estuvieras enseñando a alguien que no sabe nada al respecto.
No te preocupes por la extensión o la precisión de tu explicación, solo trata de expresar lo que sabes con claridad y sencillez. Usa ejemplos, analogías, dibujos o cualquier recurso que te ayude a ilustrar tu explicación.
Por ejemplo, si has elegido la fotosíntesis, podrías escribir algo así:
«La fotosíntesis es el proceso por el cual las plantas producen su propio alimento a partir del agua, del dióxido de carbono y de la luz solar. Las plantas tienen unas células especiales llamadas cloroplastos, que contienen una sustancia verde llamada clorofila. La clorofila absorbe la luz solar y la usa para transformar el agua y el dióxido de carbono en azúcar y oxígeno. El azúcar es el alimento de las plantas y el oxígeno es liberado al aire. La fotosíntesis es muy importante para la vida en la Tierra, porque las plantas son la base de la cadena alimenticia y porque el oxígeno que producen es necesario para respirar.»
Paso 3: Identifica y rellena los huecos en tu explicación
El tercer paso es revisar tu explicación y detectar los huecos o las partes que no entiendes bien o que no sabes explicar. Para ello, puedes hacerte preguntas como:
– ¿Qué significa esta palabra o esta expresión?
– ¿Por qué ocurre esto o aquello?
– ¿Cómo funciona esto o aquello?
– ¿Qué relación hay entre esto y aquello?
– ¿Qué evidencia hay de esto o aquello?
– ¿Qué consecuencias tiene esto o aquello?
Una vez que hayas identificado los huecos en tu explicación, busca la información que te falta en fuentes confiables, como libros, artículos, vídeos o profesores. Trata de entender la información que encuentres y de integrarla en tu explicación, usando tus propias palabras y ejemplos.
Por ejemplo, si al revisar tu explicación sobre la fotosíntesis te das cuenta de que no sabes por qué la clorofila es verde, puedes buscar la respuesta en un libro de biología o en un vídeo educativo. Luego, puedes añadir a tu explicación algo así:
«La clorofila es verde porque refleja la luz verde y absorbe la luz roja y azul. La luz roja y azul son las que tienen más energía y son las que usa la clorofila para hacer la fotosíntesis.»
Paso 4: Explica el tema o concepto a otra persona o a ti mismo
El cuarto y último paso es explicar el tema o concepto a otra persona o a ti mismo, usando tu explicación escrita como guía. Puedes hacerlo en voz alta o por escrito, pero lo importante es que uses un lenguaje simple y comprensible para cualquiera.
Si puedes, elige a alguien que no sepa nada sobre el tema o concepto que quieres aprender, como un amigo, un familiar o un compañero. Así podrás comprobar si tu explicación es clara y si la otra persona te entiende. Si no puedes, puedes explicarte a ti mismo frente a un espejo o grabarte con una cámara o un micrófono.
Mientras explicas el tema o concepto, presta atención a las reacciones de la otra persona o a tus propias sensaciones. Si notas que hay alguna parte que no queda clara, que genera dudas o que no sabes responder, vuelve al paso 3 y busca más información o mejora tu explicación.
Por ejemplo, si al explicar la fotosíntesis a tu hermano pequeño te pregunta cómo sabe la planta cuándo tiene que hacer la fotosíntesis, puedes buscar la respuesta en una fuente confiable y añadirla a tu explicación:
«La planta sabe cuándo tiene que hacer la fotosíntesis porque tiene unos sensores llamados fitocromos, que detectan los cambios de luz y de temperatura. Cuando hay luz y calor, los fitocromos activan la fotosíntesis. Cuando hay oscuridad y frío, los fitocromos la desactivan.»
Así habrás completado los cuatro pasos de la técnica de estudio de Feynman y habrás aprendido el tema o concepto que querías aprender. Si quieres repasar lo aprendido, puedes volver a leer tu explicación escrita o escuchar tu grabación.
La técnica de estudio de Feynman es una forma muy eficaz de aprender cualquier cosa de forma sencilla y profunda. No solo te ayuda a memorizar la información, sino también a entenderla y a aplicarla. Además, te ayuda a desarrollar tus habilidades de comunicación y de pensamiento crítico.
Te animo a que pruebes esta técnica con cualquier tema o materia que quieras aprender. Verás cómo mejora tu rendimiento académico y tu confianza en ti mismo. Recuerda que lo importante no es estudiar mucho, sino estudiar bien. 😊